Relleno no sirve para bolsas biodegradables
“En el relleno sanitario Doña Juana no se cumplen las condiciones para que una bolsa plástica biodegradable se descomponga”. Alberto Uribe, director de la investigación
Las bolsas plásticas que se comercializan en el mercado como biodegradables, si llegan a un relleno sanitario como Doña Juana no les pasa nada. Ni en centenares de años.
Para que esos plásticos puedan descomponerse, requieren un ambiente que, precisamente, el relleno no tiene: oxígeno, luz solar o calor, suficiente humedad y ‘estrés mecánico’ como el roce con algún elemento.
Estas fueron las conclusiones de una investigación realizada por el Centro de Estudios Ambientales de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, que sometió estos plásticos biodegradables a pruebas químicas, biológicas y físicas, para comprobar ese proceso de descomposición.
El director de la investigación, el ingeniero Alberto Uribe, explicó que fueron utilizados dos tipos de plásticos para el experimento. Uno de ellos fue el polietileno de alta densidad, con el aditivo oxo, que sirve para acelerar la descomposición del plástico y que es el más empleado en el mercado.
Los fabricantes ofrecen este plástico con el anuncio de la descomposición en un periodo de 12 a 24 meses en tierra o en un relleno, o en un tiempo de 24 a 36 meses.
El otro plástico estudiado fue el polímero del ácido láctico, de más bajo uso en el mercado.
Los dos tipos de plásticos fueron llevados al laboratorio y durante siete meses fueron puestos en condiciones similares a las que hay en un relleno, donde el material no recibe luz solar, ni oxígeno, la humedad es relativamente baja y no lo afecta ningún ‘estrés mecánico’ o fricción, contó Uribe.
Incluso, se utilizaron lodos sacados de la planta de tratamiento de aguas residuales El Salitre, que contienen bacterias que se desarrollan en ambientes sin oxígeno.
Las pruebas arrojaron que durante ese tiempo, “no se evidenció ninguna biodegradación, ningún cambio en el plástico”. Agregó que “la masa del plástico no varió, la cantidad de gas producidas por las bacterias (en el relleno, igualmente, se produce biogás) disminuyó con el tiempo, y la actividad de los microorganismos anaerobios (que no necesitan oxígeno) fue muy limitada”.
Apuntó que la medición en el microscopio óptico “no evidenció ningún cambio en la superficie de los plásticos”.
Cabe anotar que de las 6.000 toneladas diarias de basuras que llegan al relleno Doña Juana, alrededor de unas 300 toneladas son plásticos de todo tipo.
Los productores
El representante de Biopack Édgar Cabrera, que usa la tecnología de la empresa canadiense EPI (Environmental Products Inc) —productora de plásticos degradables— aseguró que este material sí se descompone, incluso en rellenos sanitarios.
“Plásticos que tienen nuestra tecnología se están trabajando en el principal y más grande relleno sanitario del mundo como es el Puente Hills, que se encuentra en California (USA). Ellos emplean desde hace varios años una película plástica oxo-biodegradable para el cubrimiento del relleno todos los días del año, con buenos resultados para el proceso de descomposición.” Afirmó que el proceso de degradación “se activa con la mezcla, o por lo menos con uno de los siguientes factores: calor, luz ultravioleta (luz solar) y estrés mecánico(compactación en un relleno sanitario) más la presencia de pequeñas cantidades de oxígeno. Eso se ha estudiado y probado”.
Algunas grandes cadenas de supermercados en el país como Éxito y Carulla utilizan las s bolsas biodegradables y las suministran a sus clientes, como parte de sus campañas para contribuir a la mejoría de la calidad del medio ambiente.
Por el contrario, hay otras superficies que no están de acuerdo con el empleo de estas bolsas, como Carrefour.
Por el contrario, hay otras superficies que no están de acuerdo con el empleo de estas bolsas, como Carrefour.
La gerente de Comunicaciones de esta cadena, Andrea Castro, manifestó que la compañía decidió no comprar ni suministrar ese tipo de bolsas, porque "se desconoce cuál es el impacto del aditivo en el medio ambiente. Aún no hay estudios claros que nos lo digan".
Y agregó: “Nos quedamos con la bolsa plástica normal y estamos invitando a nuestros clientes al consumo responsable, a que vuelvan al uso del canasto, del morral o a las bolsas de tela para hacer el mercado, porque para nosotros es una mejor solución ambiental”.
Tomado de El Tiempo, 14 de agosto de 2010, Sección Bogotá, página 2-5