Queridos estudiantes de 1001,
Buenos días.
Me gusta pensar que la palabra “queridos”, escrita antes de alumnos, es más que una forma de saludo. En verdad los aprecio, a pesar de las rabias que en algunas ocasiones, algunos de ustedes, me han producido, las cuales además no siempre han sido motivadas por ustedes; a veces soy malgeniado, estoy mal dormido o de “malas pulgas”, y no reacciono de la manera más apropiada. Conclusión de este párrafo: me caen bien y me enorgullece ser su profesor.
Esta es mi carta de la persistencia para ustedes y mi primer mensaje es que persistan en la asignatura de español, que realicen los trabajos a conciencia, para aprender; no sólo para pasar. Quiero que le encuentren sentido a la clase y que comprendan que si aprenden a comunicarse mejor, tanto oralmente como por escrito, tendrán una herramienta más para alcanzar sus sueños.
Sé que la última frase, a algunos, les puede sonar vacía, como de manual de superación personal o de profesor de colegio (y yo soy un profesor de colegio). Por eso me detengo un momento a explicarla. Se trata de que la lectura, la escritura y la comunicación oral les sirva a cada uno de ustedes para vivir mejor, para desarrollarse en la profesión que elijan, para convivir con su pareja, sus amigos o vecinos, incluso para divertirse. Mi intención es darles las herramientas, ustedes deciden para qué quieren utilizarlas.
Leí sus Cartas de la persistencia y me agradó mucho observar que la mayoría de ustedes asumió esta escritura con responsabilidad. Varios escribieron cartas muy personales y emotivas; otros, unas muy creativas. Esto prueba que tienen la capacidad y el interés por escribir. Este ejercicio me ha gustado muchísimo, porque muchos que se han comprometido, y me alegra, pues no noté el mismo entusiasmo en las actividades que les propuse el año pasado.
Ahora los invito de nuevo a que persistan, pues el trabajo con estas cartas no ha terminado. Van a corregir una de las dos cartas que han escrito y la van a pasar a computador. En especial nos vamos a centrar en corregir la puntuación. También corregiremos la ortografía (con mucha ayuda del computador) y la extensión de las cartas, pues muy pocos lograron escribir 200 palabras. Aquí les exijo otra vez que persistan. Doscientas palabras no son mucho; esta carta, por ejemplo, ya va por más de 400.
El objetivo es que vean que la clase les ayuda a mejorar su comunicación: una carta bien puntuada la entiende más fácil y mejor su destinatario. Ojalá que todas esa expresivas, emotivas y genuinas cartas que escribieron queden un poco mejor y que alguno (uno nunca sabe) se decida a enviarla al destinatario para quien la pensó. Bueno, los detalles sobre cómo haremos esto los diré después.
Por último, quiero hacerles dos llamados a la persistencia en el sentido del libro que leyeron. El primero: muchachos, persistan para lograr sus sueños, ustedes ya saben que la vida no es fácil y menos aquí; pero también saben que los que no se rinden les va mejor. A veces es necesario exigirse un poco más, dejar tentaciones, soportar ofensas, escuchar a los otros. Los sueños son posibles, pero requieren su esfuerzo. El segundo: persistan en mantenerse como civiles. En Colombia, tristemente, es muy fácil convertirse en lo que los medios llaman un actor del conflicto. Manténganse lo más que puedan como pacíficos civiles, traten nuestras guerras no los conviertan en guerreros. Muchas de las cartas que leyeron son de personas que a pesar de haber sufrido mucho no empuñaron las armas y buscaron otras formas de sobrevivir y solucionar los problemas.
Bueno, muchachas y muchachos, esta ha sido mi persistente carta, espero que la tengan en cuenta. Buenos días, de nuevo, para todos y continuemos aprendiendo para alcanzar nuestras metas.
Con aprecio,
Tito Flavio Torres Montiel
Tito Flavio Torres Montiel
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